Escudo de Antequera con la Inmaculada Concepción

MILLE CLYPEI PENDENT EX EA CANT. 4 [Mil escudos están colgados de ella] (filacteria superior izquierda).
OMNIS ARMATURA FORTIUM CANT. 4 [todos escudos de valientes] (filacteria superior derecha).
ECCE POPUL UT LEENA CONSURGET […] [He aquí el pueblo, que como león se levantará] (filacteria central izquierda).
TURRIS FORTITUDINIS A FACIE INIMICI [Torre de fotaleza delante del enemigo] (filacteria central derecha).
GLADIUS GLORIAE TUAE / SCUTUM AUXILII TUI  [Espada de tu excelencia, escudo de tu socorro]  (alrededor de la imagen de Duns Scoto).
NASCENS CINERE PHENIX / MELIUS QUAM CYGNEUS (filacteria inferior)

Centra la composición la figura de la Inmaculada sobre un gran jarrón de azucenas. Se representa con túnica y manto, la cabeza rodeada de un halo y las manos unidas a la altura del pecho, sobre una media luna. En el centro del jarrón se sitúa a Duns Scoto tocado con birrete, sosteniendo una pluma en la mano derecha y un escudo en la contraria, rodeado por una inscripción. La flanquean dos escudos, a su derecha el de los franciscanos, y en el lado contrario
En la parte inferior se dispone un ave fénix, con las alas desplegadas sobre unas llamas.
A los lados del jarrón se sitúan un león rampante y un castillo.

La estampa ofrece una singular adaptación del escudo de Antequera a la conmemoración inmaculista, desplegando para ello un denso programa visual.
A los elementos básicos de las armas de la ciudad, que son el león rampante, la jarra de azucenas y la torre, se añaden en la zona superior el escudo franciscano y el de los Chaves-Orellana, quedando así representados el Cabildo Municipal, como organizador oficial, la orden seráfica, como principal impulsora de los actos, y el corregidor Luis de Chaves, como patrocinador de los mismos.
La figura de la Inmaculada se coloca sobre su propio símbolo, un jarrón de azucenas, rodeada de leyendas bíblicas alusivas. Las dos superiores completan la frase del Cantar de los Cantares 4,4: “Mille clypei pendent ex / ea omnis armadura fortium”. Las exteriores de la zona central pertenecen al libro de los Números 23,24 “Ecce populus ut leaena consurget” y Salmos 61,4. El franciscano Duns Scoto, que en esta ocasión se encuentra rodeado por la inscripción: “Scutum auxilii tui et gladius gloriae tuae” (Dt 33,29) fue quien sentó las bases teológicas de la Inmaculada Concepción de María.
El ave fénix, renaciendo de sus cenizas, fue utilizado en el cristianismo como símbolo de resurrección e inmortalidad, relacionándose también con la virginidad de María y su concepción sin mancha.

Biblioteca de los Padres Capuchinos de Antequera, ref.: 2.973.

La estampa parece inspirarse en la realizada por fray Ignacio de Cárdenas en 1651 como ilustración del libro de Luis Paracuellos Cabeza de Vaca en el que relata la fiesta que se celebró en 1650 en Granada en honor de la Inmaculada Concepción. Varios elementos de esta última se reflejan en la estampa antequerana: la disposición de la Virgen en el centro de la composición –sobre una granada la granadina y sobre un jarrón la de Antequera-, los escudos de armas que la flanquean y la inclusión de Duns Scoto. No obstante, aunque la estampa de Antequera es de menor calidad técnica, presenta una estructura menos encorsetada y más original, al jugar con el escudo de la propia ciudad como eje principal sobre el que se monta toda la composición.

Castellón Serrano, F. (2013). El grabado calcográfico en la Málaga Moderna. Francisco de la Torre, grabador y maestro de dibujo. Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga, pp. 36-38