Escudo de la orden de predicadores

En el centro, flanqueado por un entramado vegetal de flores y hojas, se encuentra el escudo de la Orden de Predicadores, el Stemma Liliatum. En este caso, se forma a partir de una cruz flordelisada jironada, acompañada de cuatro estrellas. Ambos elementos se superponen y quedan esmaltados por ocho piezas de plata y sable -del uno en el otro-. Finalmente, todo el Stemma se encuentra rodeado por una bordura componada también de ocho piezas de plata y sable.

El padre Juan Vázquez, a quien se dedicó la obra en la que se inserta este escudo, perteneció a la Orden de Predicadores; por este motivo queda más que justificada la decisión de insertar el Stemma en los encabezados de las páginas, donde se dan comienzo cada uno de los cuatro libros que componen el libro.

Juan Vázquez nace en Córdoba el 6 de agosto de 1689. Fue el sexto y último hijo del matrimonio de Antonio Vázquez y Catalina Pérez. Aunque se trataba de una familia humilde, la publicación hace constar cómo dicha unión fue muy fructífera, dejando una vasta descendencia. Entre ella, destacan no solo el último de sus hijos, sino también el primero, Francisco Vázquez, ya que perteneció a la Tercera Orden de San Francisco.  Sin embargo, será Juan Vázquez, quien goce del favor de Dios y posea un mayor reconocimiento entre la sociedad cordobesa, debido a su vida virtuosa y a los milagros que realizó.

Cuenta la obra que, una de las primeras muestras de que el religioso había sido elegido, fue que, al ser todavía un bebé, rechazaba en algunas ocasiones el pecho de su madre, guardando rigurosamente ayuno como ocurrió a san Nicolás de Bari. Por lo tanto, desde sus inicios, daba muestras de que el espíritu santo habitaba en él.

Como es costumbre le sucedieron algunos milagros; Por ejemplo, como puede entreverse en la publicación, mientras el demonio le acechaba, desde muy joven, en forma de gran perro con el fin de despedazarle, los ángeles le dieron una manzana y un trozo de pan para alimentarle. Además de los milagros, quiso llevar a cabo, desde que entró a la escuela, una vida ejemplar, apartándose de las mentiras, así como dedicando su tiempo libre a ayudar a su madre a coger seda y coser con el objetivo de recaudar limosnas para las personas más necesitadas.

Influenciado por las lecciones del Padre Francisco de Posadas, cuando supo leer y escribir sobradamente, estudió Grammatica. Tarea en la que sobresalió no solamente por cumplir con exactitud todas las actividades que se le encomendaban, sino también por seguir con rigurosidad la práctica de las virtudes cristianas. Posteriormente, a la edad de trece años, empezó los estudios de Filosofía en el convento de San Pablo de Córdoba. Dos años más tarde, el 15 de agosto de 1704, en el mismo Convento tomará el hábito. A partir de ese momento, ejercitará siempre la pobreza y la humildad, tratando de ayudar a las personas más desfavorecidas y apartándose de los excesos hasta su muerte en octubre de 1757.

Copia digital realizada por la Biblioteca virtual del Patrimonio Bibliográfico del original conservado en la Biblioteca Pública del Estado en Cádiz
Signatura: XVIII-2.
Nº de registro: 1005504
https://bvpb.mcu.es/es/consulta/registro.do?id=398668

Echarte, T. y Montaner Frutos, A. (1997). Los emblemas de la orden de predicadores: El stemma liliatun y el stemma formatum. Emblemata, 3, 393-434.